Errores comunes en la implantación de un ERP (y cómo evitarlos)
La implantación de un ERP es un proceso que implica múltiples áreas de la empresa, coordinación con el proveedor tecnológico y una transformación en la forma de trabajar.
Aquí te explicamos los errores más frecuentes y cómo puedes evitarlos para asegurar el éxito del proyecto.
1. No definir bien los objetivos desde el principio
Uno de los errores más comunes es iniciar el proyecto sin una visión clara de lo que se quiere conseguir. Muchas empresas implantan un ERP simplemente “porque toca”, sin analizar qué procesos desean mejorar ni cómo medirán el éxito.
Cómo evitarlo
Antes de empezar, define qué áreas quieres optimizar (contabilidad, inventario, ventas…) y qué resultados esperas obtener (reducción de tiempos, menos errores, control en tiempo real, etc.).
2. Elegir un ERP que no se adapta al tipo de empresa
No todos los ERP sirven para todas las empresas. Elegir una solución sobredimensionada o demasiado genérica puede dificultar la implantación y encarecerla innecesariamente.
Cómo evitarlo
Asegúrate de elegir un software que se adapte al tamaño, sector y necesidades específicas de tu empresa. En SoftDoit, por ejemplo, realizamos comparativas personalizadas para que encuentres la más adecuada sin perder tiempo ni dinero.
3. No implicar a los usuarios clave del negocio
Muchas veces la implantación se deja en manos del departamento de IT o de la dirección, sin contar con los usuarios que utilizarán el software a diario. Esto provoca resistencias al cambio, errores en la configuración y falta de aprovechamiento de la herramienta.
Cómo evitarlo
Involucra desde el inicio a los responsables de cada departamento: ellos conocen los procesos reales y pueden aportar una visión práctica que será clave en la configuración, las pruebas y la formación.
Este software puede ser muy potente, pero si los empleados no saben cómo utilizarlo, su potencial se desaprovecha. No ofrecer una formación adecuada puede alargar la implantación y generar frustración.
Cómo evitarlo
Incluye siempre una fase de formación personalizada, y considera un plan de soporte posterior para resolver dudas durante las primeras semanas de uso real.
5. No revisar ni limpiar los datos antes de migrarlos
Un fallo muy habitual es importar al nuevo ERP datos duplicados, obsoletos o mal categorizados, lo que genera errores desde el primer día de uso.
Cómo evitarlo
Haz una revisión previa de toda la información que se va a migrar: limpia, organiza y homogeneiza datos para que el ERP arranque con una base sólida.
6. Implantar todo de golpe sin fases ni prioridades
Implantar todos los módulos al mismo tiempo puede ser abrumador para el equipo y aumentar el riesgo de fallos.
Cómo evitarlo
Diseña una implantación escalonada por fases: empieza por los módulos más críticos (como finanzas o ventas) y deja los complementarios para una segunda etapa. Esto permite una adaptación más fluida y un mejor control del proyecto.
7. Subestimar el tiempo y los recursos necesarios
Muchas empresas creen que la implantación será rápida y sin impacto en el día a día, lo que genera frustración cuando surgen retrasos o sobrecargas de trabajo.
Cómo evitarlo
Planifica con realismo: bloquea recursos, designa un responsable interno del proyecto y establece tiempos estimados por fase. Y recuerda; es una inversión a medio plazo, no un cambio inmediato.